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No dejes que mi corazón se incline
a cosa mala
para hacer obras perversas
con los hombres que obran iniquidad. No coma yo de sus manjares.
Que el justo me castigue y me reprenda será un favor.
Pero que el aceite del impío[a]
no embellezca mi cabeza,
pues mi oración será continuamente contra sus maldades.
Sean derribados sus jueces en lugares peñascosos,
y oigan mis palabras, que son agradables.

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Footnotes

  1. Salmos 141:5 Según LXX y Peshita; heb., cabeza.